La dieta proteica se perfila como una de las más populares en la actualidad y son muchas personas las que la utilizan como un método efectivo y relativamente sencillo de bajar peso.

La dieta proteica se basa en el aumento del consumo de proteínas y la reducción en la ingesta de hidratos de carbono. Esta es una de sus ventajas principales, pues el comer mucha carne, huevos y lácteos da una sensación de saciedad y permite que sigamos consumiendo muchos de nuestros alimentos favoritos. Al quedarnos cada vez con menos hidratos de carbono, nuestro organismo tenderá a utilizar las grasas como fuente de energía, lo que hará que bajemos de peso con mucha rapidez. No obstante, hay que tener presente que el consumo de proteínas debe ser vigilado, pues ingerir más de lo recomendado puede crear un mal funcionamiento de los riñones u otros problemas médicos como falta de calcio que deriven en osteoporosis.

La obesidad es uno de los grandes problemas de la sociedad actual. España es el país de la Unión Europea con un mayor número de personas obesas (uno de cada cuatro adultos). Las complicaciones que esto trae consigo son numerosas y bien conocidas: riesgo de paros cardíacos, aumento de la presión arterial, diabetes, apnea del sueño, etc. Además de los problemas de imagen y autoestima que suelen sufrir las personas obesas.

Ante estos datos, resulta obvio la importancia de someterse a una dieta proteica con el que mejorar nuestra salud y aspecto físico. Saber elegir el más adecuado para nuestro metabolismo es esencial para obtener los resultados deseados, al igual que consultar a un especialista que nos guíe y asesore. De la misma forma, hay que tener en mente que la constancia es uno de los requisito indispensables. Así que, si finalmente optas por probar los beneficios de la dieta proteica, recuerda que nada sucederá por milagro y que se requiere un gran fuerza de voluntad para conseguir perder peso.